¿Se puede ser adicto a las nuevas tecnologías?

Cuando pensamos en la palabra adicción nos es difícil pensar en un celular o una red social como algo a lo que se pueda ser adicto… está en nuestro inconsciente colectivo asociar casi automáticamente la palabra adicción con la palabra droga (nosotros mismos somos ejemplo de eso cuando nos reunimos a pensar el blog por primera vez),.. Sin embargo existen muchos tipos de adicciones y no todas se relacionan con el consumo de sustancias (ilegales o legales). Por lo tanto, para resolver esta cuestión, es necesario que primero definamos que es una adicción.

Tradicionalmente, se definía adicción como el uso repetido de una sustancia con efectos adversos para el individuo que la consume. Sin embargo, el concepto luego se amplió para poder incluir comportamientos como las compras, el juego, la comida y más recientemente el uso de celulares e Internet. Básicamente, cualquier entidad que produce una sensación de placer tiene el potencial de volverse adictiva [1], y al igual que la adicción a las distintas sustancias, generan el impulso de ser repetidas sin importar el impacto negativo en el bienestar de las personas que las realizan (¿te acordas de las personas que las atropellaron por cruzar sin mirar mientras jugaban Pokemon-GO?). Cualquier actividad repetitiva que active en nuestro cerebro la vía de la recompensa, puede desatar una adicción, pero eso solo no basta. Uno de los componentes esenciales de cualquier adicción es la pérdida de control sobre las acciones que se realizan.

Las adicciones de comportamiento se inician con acciones inocuas [2], como responder un mensaje de texto o salir de shopping que mediante una serie desencadenantes psicológicos, bioquímicos, y ambientales pueden gradualmente moldearse en una adicción. Por ejemplo, la adicción a las compras puede escalar a partir el comportamiento de comprar para escapar de una situación desagradable o del aburrimiento. La sensación positiva tras adquirir algún objeto, acaba por transformarse en un mecanismo de defensa para evitar situaciones de estrés, transformándose en un comportamiento fuera de control de la persona que lo ejerce.

Con los celulares, sucede de manera similar: nos compramos un teléfono para comunicarnos con nuestras familias y amigos, ¿qué más sano que tener vínculos con las personas que queremos, verdad? Pero quien llama por teléfono estos días (salvo mi tía Maruja, nadie) así que nos descargamos un par de apps para estar conectados con el resto, nada del otro mundo, Facebook, Twitter, Whatsapp, Mail… lo básico. Y ya que estamos vamos a seguir a un par de bandas, famosos, o personas que nos interesen (Vivimos en la era de la información, ¿por qué no aprovecharla?). Hasta acá todo normal. Ahora imaginemos que vamos manejando a la facu y nos llega un mensaje, lo respondemos, y seguimos. Después estamos en clase, y nos llega un mail… uhh el último newsletter de Science, ¿qué dijo el profe?, no importa, después lo pedimos. Y al final del día nos juntamos con nuestros amigos a tomar algo y mientras esperamos que nos traigan el pedido, ¿en qué andarán nuestros otros amigos?… miremos sus historias de instagram.

¿Te suena todo esto? Claro… todos lo hacemos. La adicción a la tecnología puede comenzar con estos pequeños comportamientos que hacemos sin darnos cuenta que poco a poco estos nos perjudican (podemos sufrir un accidente de tránsito, nos perdemos información importante, o dejamos de prestarle atención a la personas con las que estamos) . Lo que marca la diferencia entre estos pequeños comportamientos negativos y la adicción, es la falta de control sobre el uso y el daño que este nos puede provocar. Se habla que se alcanza el punto de inflexión entre el mal uso y la adicción cuando las personas pasamos de usar algo porque nos gusta a querer o necesitarlo. Una persona adicta al celular no entra a Instagram porque le gustan las fotos que postean sus amigos… necesita conectarse para ver que hay, aunque no sea el momento ni el lugar adecuados, esto no solo lo aísla de su entorno, sino que puede llegar a poner en riesgo su vida. Varios estudios científicos han demostrado que los mismos circuitos neuronales que se activan en las adicciones a distintas drogas [1] se activan en personas que son adictas a sus celulares y / o redes sociales. http://gph.is/1HcJfKJ Pará, pará, pará, no estamos diciendo que tenes que tirar tu celular por la ventana, cerrar todas tus redes e irte a vivir al medio del desierto. Si bien es cierto que se puede ser adicto a la tecnología, tenemos buenas noticias: solo una pequeña proporción de los usuarios son adictos [3].

Una persona adicta a internet o su celular, tiene las siguientes características [4]:

1. Se preocupa constantemente por lo que hizo antes y lo que va a hacer la próxima vez que se conecte 
2. Necesita estar cada vez más tiempo conectado/a para sentirse satisfecho/a Intentó (sin éxito) dejar o reducir el tiempo que pasa con el celular o en internet 
3. Cuando esta desconectado/a se siente inquieto, irritable, enojado o deprimido 
4. No puede respetar los límites que se pone al tiempo va estar conectado.

Así que si al leer esto te preocupaste por el tiempo que pasas con el celular… tranqui, seguramente solo estas usando un poco de más, pero como siempre, es MEJOR SABERLO.

Texto: Pau González

Fuentes
[1] S. S. Alavi, M. Ferdosi, F. Jannatifard, M. Eslami, H. Alaghemandan, and M. Setare, “Behavioral addiction versus substance addiction: Correspondence of psychiatric and psychological views,” Int. J. Prev. Med., vol. 3, no. 4, pp. 290–294, 2012.
[2] J. Roberts, L. Yaya, and C. Manolis, “The invisible addiction: Cell-phone activities and addiction among male and female college students,” J. Behav. Addict., vol. 3, no. 4, pp. 254–265, 2014.
[3] L. Widyanto and M. Griffiths, “‘Internet addiction’: A critical review,” Int. J. Ment. Health Addict., vol. 4, no. 1, pp. 31–51, 2006.
[4] K. S. Young, “The Research and Controversy Surrounding Internet Addiction,” CyberPsychology Behav., vol. 2, no. 5, pp. 381–383, 1999.